Nuestros padres y antepasados son por naturaleza sagrados ya que han sido los instrumentos que han permitido que la vida, el idioma y la cultura que tengo lleguen a mí; incluso si ellos hubiesen fallado en algo y eso me hubiera hecho sufrir a mí, no debería servir de justificación para hacer sufrir a otros; por el contrario, uno debe aprender de los errores de los demás y evitar replicarlos. La modernización ha hecho que el mundo se haya visto influenciado por la lujuria, que ha sido la creadora de muchas calamidades para los niños que no alcanzaron a nacer, como también para muchos niños nacidos.
Llego la hora de aprender de los errores, la promiscuidad, la pornografía, y la adoración que existe a los cuerpos jóvenes y bonitos, sin ofrecer ni si quiera respeto al ser vivo que está dentro, son los síntomas de la ausencia de una visión trascendental; la realización de ésta visión trascendental es la que nos revela que los ancianos al poseer un cuerpo deteriorado, y al no ser valorados, se sienten menos y sedientos de ser amados.
La obsesión sexual sin la responsabilidad de cuidar y hacer Feliz a su pareja a largo plazo, no es nada más que un autoengaño; uno siempre debe meditar sobre aquello que uno desea para su propio hijo y así uno tendrá claro qué es lo correcto. Una visión espiritual sobre todas las relaciones es imprescindible para superar la crisis actual del sexo y la lujuria desmedidas. Hay que tener FE de que la otra persona vale igual que tú y bajo ninguna circunstancia debe ser lastimada y mucho menos para extraer de ella un placer egoísta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario